"El rol del facilitador para abordar el enfoque de las nuevas masculinidades"
Sergio José Hernández Briceño
Metodológicamente resulta
una apuesta social clave la selección no solo de un adecuado perfil profesional
sino también personal para hombres que asumen la facilitación de los
procesos en nuevas masculinidades. Existen muchos factores que de forma constante
ejercen presión sobre las personas que deciden incursionar y dedicarse a estos
grupos de hombres para ser factor clave en la gesta por nuevos procesos de
cambios.
Hombres en formación sobre nuevas masculinidades |
Dentro de los factores que
indican las capacidades y habilidades de quienes asumen este tipo de compromiso
social de género y masculinidad, destaca en primera instancia un compromiso
político hacia la equidad de género, un sentido coherente del accionar del
facilitador de estos procesos hacia los preceptos que promueve en sus roles de
promotor comunitario, habilidades empáticas, escucha activa, capacidad
reflexiva in situ y sensibilidad ante la emisión de mensajes o códigos que no parten hacia una
reflexión profunda, interpretación del entorno o el ambiente inmediato del
grupo participante en los espacios formativos y vivenciales.
Hombres
que integran los equipos técnicos de las organizaciones e instancias promotoras de estos procesos a nivel nacional, han
adquirido a partir de su involucramiento en la formación conocimientos que le
permitirán modificar sus actitudes, aptitudes y conductas, todo en función de
aportar en aminorar, las causas y efectos de la VBG aportando de esta forma a
un entorno amigable y seguro.
Desde
la opinión de este grupo de hombres la información asimilada en función de la desconstrucción de
masculinidades hegemónicas, incluye un grado de sensibilización y
concientización sobre los derechos de las mujeres y promueven los compromisos
de cada hombre para aportar desde su formación al bienestar personal, familiar
y social.
Los
compromisos sociales demandan la elaboración y cumplimiento de metas
inteligentes para aplicar sus conocimientos adquiridos y concretizar cambios en
las formas de pensar, sentir y actuar, debiendo para ello desplazar el modelo
clásico y hegemónico de la masculinidad.
Se trata de flexibilizar las identidades
masculinas desde espacios reflexivos en función de los aspectos positivos que
incluyen las mismas y el reconocimiento de los costos que tiene asumir modelos
clásicos de las masculinidades asignadas, los hombres deben reconocer la
necesidad de desaprender para incorporar nuevos saberes y prácticas, aportando
así a una cultura de paz.
Rechazando la violencia hacia las mujeres |
Según
la experiencia de actores claves con trayectoria en el trabajo con
hombres, es estratégico promover la transversalización del enfoque de nuevas
masculinidades hacia cada escenario laboral y persona, asi lograra ser
dimensionada su importancia para cada escenario posible en la familia,
comunidad. Claro
está que la información aporta en la elaboración de mayores argumentos para
abrir debates acerca de los mitos, creencias y otros elementos presentes en el imaginario
social que normalizan la discriminación y violencia hacia las mujeres.
Patrick
Wesh en su obra: “El significado de ser hombre”, hace mención de la
importancia que tiene el grado académico y la edad del facilitador que asuma
estos procesos. Sin embargo también se aclara el hecho de no menospreciar a las
personas jóvenes que asumen este tipo de compromiso con sí mismos y con sus
pares. Por ejemplo al abordar el tema de la paternidad responsable, una persona joven puede abordarlo desde su rol de hijo y no necesariamente de padre (en caso de no tener hijas/os).
Por
otro lado, la experiencia en el trabajo comunitario con hombres, evidencia el
hecho de que los mensajes y las acciones de concientización realizadas a forma
de réplicas y entre los mismos actores comunitarios, genera resultados
positivos, al grado de prever sostenibilidad comunitaria, más allá incluso de
los grados académicos que los hombres ostenten.
De
esta forma la transmisión y aceptación de un mensaje que insta a la no
violencia puede ser escuchado y aceptado con mayor disposición, debido a que se
genera una especie de confrontación entre emisores y receptores que en sinergia
están tratando de hacer frente a un sistema que no les permite dimensionar las
consecuencias de su accionar en los ámbitos individuales, familiares y
comunitarios.
Los
comunitarios seleccionados para realizar replicas en sus comunidades acerca de
la necesidad de no ejercer violencia, ni justificarla, logran sentir que están en
una etapa de sus vidas en donde requieren su mayor disposición para ser el
referente positivo y de cambio para muchos hombres y familias de su comunidad.
Así lo expresa el señor Natividad Reyes.
“Esto de compartir con otros hombres no es
sencillo, es como dar los primeros pasos en algo que nos convenía ignorar, es
prácticamente empezar de nuevo y con muchas críticas, pero luego te das cuenta
que cambias no por los demás, sino por ti y claro por tu familia” (Reyes, 2018)
Una
sociedad que no promueve el desaprender desde lo hegemónico como algo favorable
para la comunidad misma, generalmente sabrá encontrar diversas formas para
predisponer a otros hombres que tratan de sumarse al cambio positivo. Por ello
las risas, los comentarios despectivos y los propios señalamientos es algo
común para los hombres que deciden integrarse como oyentes y promotores de
igualdad, derecho y equidad entre las mujeres y los hombres.
Excelente artículo. Los procesos de masculinidades necesitan facilitadores acordes al mismo.
ResponderEliminarEfectivamente, hay que promover el sentido de coherencia ante estos procesos.
EliminarGracias por la lectura, confiemos en crear reflexiones en otros colegas, saludos.
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