Sergio José Hernández Briceño
Las mujeres en la historia de Nicaragua La lucha por
el voto de las mujeres y los años de la dictadura somocista, en ese tiempo la
lucha que rompe con esa tradición y con el “permiso” social limitado es la de
lograr su voto, una de las primeras reivindicaciones exclusivas de las mujeres
para sí. Buscó el reconocimiento del carácter de ciudadanas con derechos y
responsabilidades, con derecho a decidir y a elegir. En Nicaragua fue una larga
lucha. La encabezó una mujer de las precursoras del feminismo en el país:
Josefa Toledo de Aguerri.
Muchas se unieron al ala femenina del Partido
Liberal (porque no se imaginaban militando en el Conservador) bajo el lema:
Dios, orden y justicia, aunque tuvieron posiciones conservadoras especialmente
sobre la familia y las mujeres, así como el rol de la Iglesia Católica. El
Ejército Defensor de la Soberanía Nacional liderado por Augusto C. Sandino
incorporó a mujeres en sus filas, pero con roles tradicionales: enfermeras, cocineras
y como agentes de correos. No se les reconoció un papel de liderazgo o igualdad en su
participación.
La cercanía del grupo de mujeres feministas
liberales con el gobierno y el Partido Liberal no facilitó o agilizó la lucha
por su derecho al voto en Nicaragua. Somoza temía que la mayoría estuviera más
cerca de los conservadores que de los liberales.
Mujeres votando por primera vez en Nicaragua, fuente La Prensa |
El voto para las mujeres se dio, finalmente, en
1956, por una decisión de Somoza, haciéndolo parecer una dádiva que se debía
“agradecerse eternamente” al tirano. Se desvirtuó y se le quitó el contenido a
una lucha y a un movimiento feminista para responder a los intereses de un
partido y de un dictador, manipulando la demanda. Nicaragua es, junto con El
Salvador, de los penúltimos países en reconocer este derecho. Después de ellos,
sólo quedaba Paraguay, que lo reconoció hasta 1961.
La lucha por el voto ha sido uno de los más
importantes porque representa el pleno goce y derecho político de elegir, como
se mencionaba anteriormente los casos de Francia, Inglaterra, EEUU, Nicaragua
no estaba lejos de esa realidad, este derecho se otorgó en tiempos difícil como
la dictadura de Somoza pero que simbolizó la lucha latente por el amparo y
adjudicación de los derechos de las mujeres que habían sido negados.
Cuando surgió el Frente de Liberación Nacional en
1961 (se convirtió después en el Frente Sandinista de Liberación Nacional,
FSLN), planteó en su Programa la reivindicación de la igualdad de las mujeres y
las integró desde muy temprano de muchas formas, incluyendo militarmente. Se
reconoció que el FSLN fue de los movimientos guerrilleros latinoamericanos que
mayor participación de mujeres tuvo.
En los 70, se gestó AMPRONAC (que aglutinó a mujeres
de clase media, pero también de estratos populares que Asociación de Mujeres por
la Problemática Nacional), demandaban mejores condiciones de vida e igualdad.
Integró a madres y familiares de guerrilleros, asesinados, presos y
desaparecidos, pero también reivindicó los derechos de las mujeres como el
derecho a expresiones de movimiento popular y derechos rurales con mujeres.
AMPRONAC - Fuente - la corriente |
Con la creación de la AMPRONAC muchas mujeres se
vieron favorecidas por la asistencia que esta les brindaba. El hecho de
demandar mejores condiciones de vida e igualdad constituía y constituye ahora
la lucha por la que las mujeres han venido abriendo espacios en la sociedad a
fin de garantizar su bienestar y reconocimiento de derechos.
Si en los años 70s se logró el derecho a expresiones
de movimiento popular, ahora es fácil observar como las mujeres se organizan y
salen a las calles cuando se sienten vulneradas, demandan algún derecho o bajo
cualquier contexto en que se desarrollan. No obstante, los derechos de las
mujeres rurales aún se encuentran limitados a pesar de las nuevas políticas
públicas como el empoderamiento de la mujer rural, el acceso a créditos,
tierras, viviendas.
De acuerdo con (Hamlin & Quiroz, 2014), en
materia jurídica se dio la reivindicación del concepto de Derecho y la
concientización a la población en general y en especial a las mujeres que
tenían iguales derechos, nació la oficina legal de mujeres que asistió a miles
en el reclamo de pensiones alimenticias, reconocimiento de hijos e hijas y
otros.
Los reclamos de pensiones alimenticias y
reconocimiento de hijos e hijas eran muy comunes antes y donde la figura
masculina muchas veces no aceptaba su responsabilidad para con la mujer o los
hijos, actualmente existe un importante cuerpo jurídico como es el Código de
Familia que resalta y garantiza el rol de la familia.
Con el derrocamiento y durante la lucha contra la
dictadura de Somoza, las mujeres asumieron papeles diversos: como brigadistas
de salud en la insurrección, correos, guerrilleras, dirigieron acciones
militares y de masas, mantuvieron la protesta civil viva, fueron comunicadoras de
las ideas revolucionarias, gestoras de solidaridad. Esto se reflejó al momento
del derrocamiento, donde hubo mujeres que pasaron a ocupar cargos clave en el
gobierno de reconstrucción, aunque, nuevamente ahí, se expresaron sus distintas
visiones.
Presidenta electa Violeta Barrios - Fuente la Prensa |
Por un lado, se integró a Violeta Barrios de
Chamorro a la Junta de Gobierno por ser viuda de un connotado dirigente
opositor asesinado. Por el otro, se reconoció el rol fundamental de algunas al
darles el grado de Comandante Guerrillera o al ubicarlas en puestos clave con
poder. Es la primera vez que se reconoció notoriamente el papel de las mujeres
y se les dio posiciones importantes como para que la sociedad nicaragüense
reconociera el cambio.
El Estado nicaragüense, se transforma ya en los 80s
en un actor importante de promoción de la mujer, con la promulgación del
Estatuto Fundamental de la Nación, base de la nueva Constitución, que recogía
preceptos básicos contenidos en los instrumentos internacionales, y la igualdad
jurídica entre hombres y mujeres. A la vez ratifica instrumentos de la
Organización de Estados Americanos y la Organización de Naciones Unidas como la
Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la
Mujer.
La Revolución generó una solidaridad internacional
sin precedentes, masiva y diversa. Uno de los aspectos determinantes fue el
importante papel de las mujeres y el espacio que tenían en el proceso que
atrajo la atención de feministas internacionales, especialmente de las que eran
y venían de la izquierda, que veían con esperanza la diferencia entre lo que se
sucedía en Nicaragua en comparación con los países llamados “socialistas”,
donde las mujeres seguían teniendo un lugar secundario, con poca participación
en estructuras de poder.
Las nuevas leyes y el reconocimiento formal de
algunos derechos abrieron posibilidades para las feministas dentro del FSLN.
Surgió así la Oficina Legal de la Mujer de AMNLAE (Asociación de Mujeres
Nicaragüenses Luisa Amanda Espinoza) que jugó un papel importante para
acompañar a miles en el reclamo de pensiones alimenticias, reconocimiento de
hijos e hijas y otros. Pero pronto se percataron de la cantidad de mujeres
maltratadas por esposos, compañeros de vida y parejas ocasionales.
Sobre el aborto en los años 80, por ese tiempo, se dieron
las primeras discusiones acerca del aborto. Existía una regulación en el Código
Penal desde 1837que lo permitía si estaba en riesgo la vida de las mujeres,
siempre que fuera aprobado por una junta de médicos. La muerte materna era un
problema serio, así como los embarazos no deseados y los abortos realizados en
condiciones inseguras. Esto llevó a discutir la necesidad de legalizar el
aborto como en Cuba y brindar el servicio en el Sistema de Salud Público.
Como sabemos es un tema sensible, considero que la
prohibición del aborto infunde temor en las mujeres ya que sus vidas corren
peligro, se les niega la autonomía y derecho a elegir, lo cual no es correcto,
por ejemplo, en casos de embarazos de alto riesgo debería aceptarse el aborto,
puesto que prima la vida de la mujer, además debe considerarse su derecho a la
salud.
Hamlin & Quiroz (2014) existieron mayores
espacios donde se garantizarán sus derechos y protección:
Se dieron espacios organizativos y
luchas de las mujeres durante los 80, con la elaboración de la Constitución
Política que dio campo para ello; se propició la participación masiva de las
mujeres en cada cabildo y consulta. Se demandó un cabildo nacional de mujeres
donde se recogieran demandas, desde la igualdad de derechos hasta el castigo a
la violencia, pasando por el aborto y muchos otros. Al mismo tiempo, se dio la
puja por la conformación de secretarías de la mujer en cada organización de
masas de la revolución, mismas que se articularían con AMNLAE. (p.6)
Paralelamente, las nicaragüenses iban adquiriendo
cada vez más presencia y reconocimiento en espacios internacionales, lo que les
permitió nutrirse de ideas y experiencias y recibir respaldo político y económico
de otras feministas.
Con las elecciones de los 90 y las implicaciones
para las mujeres, surgieron muchas ONGs y grupos, algunos por los derechos de
las mujeres, otros tratando de rescatar programas impulsados en los 80 de
educación de adultos, salud, de organización, etcétera.
La incidencia de las organizaciones de mujeres hacia
el gobierno llevó a la instalación de la primera Comisaría de la Mujer en el
Distrito V de Managua el 23 de Noviembre de 1993, al fortalecimiento y a una
cierta autonomía del Instituto Nicaragüense de la Mujer (INIM), así como a la
creación del Consejo Nacional contra la Violencia, el Consejo Nacional de
Salud, la Comisión Nacional de Lucha contra la Mortalidad Materna y en 1995, el
decreto del Ministerio de Salud que declaró la violencia intrafamiliar como un
problema de salud pública.
Se da una serie de encuentros y desencuentros de
mujeres acerca de cómo organizarse, dar luchas, establecer prioridades,
mecanismos y relaciones con el gobierno, entre otros, fue un período de gran
actividad, definiciones y discusiones apasionadas. En cierta medida, como era
de esperarse; por casi una década las mujeres habían estado nucleadas en torno
a una sola fuerza y visión: la del partido. Los 90 dan la oportunidad de
redefinirse y eso pasó por un período de acomodo y de precisar cada quien su
espacio y su autonomía.
Hamlin & Quiroz (2014) De 1997 a 2006:
El gobierno de doña Violeta concluyó en
enero de 1997 y dio paso al gobierno de Arnoldo Alemán, con un partido más
estructurado, el Partido Liberal Constitucionalista, apoyado fuertemente por la
jerarquía de la iglesia católica y algunas iglesias evangélicas a partir de
prebendas y beneficios fiscales. (P.6)
Al inicio, impulsó la creación de un superministerio
de la familia como concesión a la jerarquía católica por su respaldo electoral.
Éste asumiría el Instituto de la Mujer, con grandes poderes, especialmente en
el área de la reproducción social y de control ideológico. Las organizaciones
de mujeres identificaron el peligro que representaba para sus derechos y se
opusieron desde el inicio.
Con Violeta Barrios de Chamorro, las organizaciones
de mujeres no vivieron en la gloria, pero tuvieron espacios para opinar y
empujar demandas de manera efectiva. Con Arnoldo Alemán se caracterizó por la
corrupción, acercamiento a la jerarquía católica y negociaciones con el FSLN,
desprecio a los derechos humanos, especialmente los de las mujeres,
autoritarismo y persecución a quienes les criticaran o se opusieran a sus
órdenes.
Las ONGs fueron las primeras en sentirlo con el
intento por reformar la Ley 147 que regulaba su funcionamiento. Como la
oposición fue importante y ellos estaban creando ONGs no siguieron ese camino,
sino que optaron por el castigo con impuestos y otras formas de persecución.
Con el gobierno de Enrique Bolaños las
organizaciones de mujeres adquirieron mayor reconocimiento como actoras
políticas en el quehacer nacional. Las principales organizaciones participaron
en la demanda de castigo para Alemán Lacayo por sus actos de corrupción y para
Ortega por su abuso sexual.
En el 2007 quedó claro que los derechos de las
mujeres no pasaban de ser un lugar común en los discursos políticos y que la
vida de las mujeres era fácilmente usada por el FSLN como moneda de cambio en
las negociaciones.
Hamlin & Quiroz (2014) con el regreso del FSLN
al poder:
Desde el FSLN se hicieron numerosos
esfuerzos para “organizar” su movimiento; primero, fue con el Movimiento de
Mujeres “Blanca Arauz”, sobre todo utilizando mujeres campesinas; luego, fue
con el Movimiento de Mujeres Sandinistas de las estructuras partidarias e instituciones
gubernamentales, y más recientemente, con las beneficiadas de los programas
sociales, como Hambre Cero o Usura Cero. (p.12)
A través de las políticas públicas poco a poco se ha
tratado de garantizar la restitución de derechos de las mujeres y se ha buscado
la equidad, sin embargo hace falta fortalecer el estado de derecho, más allá de
evocar un marco legal muchas veces infuncional. Son las estructuras, los
recursos humanos sensibles y destinación de recursos financieros necesarios, así
como una comunidad consciente, quienes podemos hacer la diferencia.
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